Top ten - 4 - Los sketches

No estoy en desacuerdo con que Kaboom haya establecido como política el que solamente realicen dibujos de lo que sus integrantes hayan trabajado o de sus proyectos autorales, aunque no es la única práctica, es válido que Óscar y los suyos definan las políticas que los integrantes de su grupo deben seguir.

Ahora, en lo que estoy en desacuerdo es en esto:

"Como me enseñó Sergio Aragonés hace muchos años, con respecto a muchas cosas para operar en el medio, "los demás pueden hacerlo y lo hacen, pero algunos de nosotros no debemos hacerlo, para servir al medio con ética y profesionalismo". Yo prefiero hacerle caso a uno de mis maestros y él trabaja en todos lados.

A muchos les encanta emborracharse, nosotros ni tomamos. ¿cuál es la verdad ante la vida en cuestión de ética?"

Esto ya no atiende a una política empresarial, sino a manifestar una superioridad ética de los integrantes de Kaboom sobre los que realizan personajes de otros autores en convenciones, y aquí ya no coincido, i) porque como ya se ha demostrado es una práctica común, incluso realizada por el Editor en jefe de DC Comics y ii) porque, como también ya quedó de manifiesto, los Kaboones no respetan su propia política.


Creo que estaremos de acuerdo que esta incongruencia ideológica solo puede llevar a un descrédito ante aquellos que la perciben, pero hay otra problemática que genera el proceder de Óscar en la elaboración de sketches, para explicarla tocaremos dos de los aspectos que involucran la sesión de firmas de Kaboom: La gratuidad y el abandono de las convenciones de comics.

Los factores mencionados al combinarse han dado como resultado un espectáculo poco decente para un dibujante de comics, de lo cual son conscientes, pero recuerden "no hay nada más importante para Óscar González Loyo que Óscar González Loyo".

Efectivamente, para el "amigo de Matt Groening" es preferible dar un show digno de actor ambulante de la Alameda a tener un stand con un par de personas que sí conozcan tu trabajo.


Lo que sucede en realidad es que Kaboom actúa cual payasito que regala globos en la feria, tal y como se ve a continuación:



Mencioné que en Kaboom están conscientes de lo que pasa, Óscar recién dijo que le molesta que los maestros de las escuelas que visitan las expos se refieran a Kaboom como "esos son los que hacen los dibujos gratis", o que los papás digan "ya que te hagan tu dibujo para ya irnos".

Así, los dibujos se entregan a estudiantes de escuelas secundarias que asisten a EXPOPYME o a niños de la ALTEÑAFEST o a fans del anime que buscaban originalmente un Naruto, claro que en contadas ocasiones habrá Fans de Karmatron, pero regularmente los dibujos acabarán en manos de quien no valora al artista.

¿Cómo evitar esta degradante práctica?, Óscar no es un dibujante como Humberto Ramos que en FESTO tuvo filas de más de una hora para obtener una firma en los comics que se llevaban para estos fines o que su prestigio le permite cobrar 1,200 pesos por cada uno de los 15 sketches que realizó.

Imagínense a los Kaboones cobrando 1,200 pesos por sus dibujos... el espectáculo sería tan deprimente como el Karmafest del 25 aniversario.

Por cierto, y solo para reafirmar mi dicho, un sketch original de Ramos se cotiza en 200 dolares, un original de Óscar pues... es gratis.

Top ten - 5 - Aferrarse a Karmatron

Hoy su autor nos quiere vender a Karmatron como un comic de culto, atándose al pasado para gritarle a los más jóvenes su trayectoria y exigiendo su respeto, pero esto no fue siempre así.

Karmatron no es ninguna excepción a los productos mexicanos de los ochentas, nace en una época de crisis y responde a las costumbres de la época. No olvidemos que la política proteccionista del PRI ochentero tenía muy restringido el acceso de productos extranjeros.

Quisiera pensar que la crisis que vivíamos en aquél entonces no permitia margen de equivocación y por eso los productores nacionales preferían invertir en productos probados en lugar de buscar desarrollar nuevas historias, aunque estos productos resultaran en versiones mediocres de licencias extranjeras.


Y así nace Karmatron. y aunque para el argumento Óscar hizo múltiples homenajes (muchos de ellos ya de todos conocidos), en realidad tomó la fama de Los Transformers y Mazinger. Me permito tomar un testimonio de los Karmacuates Marcelo Hermosillo y Jose Luis Gonzalez para reforzar mi dicho:

"Me acuerdo que llego uno de mis hermanos y le dijo a otro que vendian unos cuéntos (sic) parecidos a Mazinger Z y ahí otro de mis hermanos me llevo a comprarlo".

"Al abrir sus paginas me di cuenta que ese niño era el que se convertía en el robot Gigante! que tenia como compañeros a unos robots que el mismo niño había construido, ademas transformables! (un muuy buen punto para lo que estaba en su apogeo en ese momento, los Transformers)".

Aquí hago una pausa para concederle un poco de razón a Óscar, en ese entonces algunos autores tenían la práctica del pirateo como inspiración y como dicen que "lo que se hereda no se roba", de la mano del abuelo del comic independiente (sarcasmo incluído) llegó otra revista en los mismos términos que Karmatron, solo que en esta ocasión era Voltrón el homenajeado, su nombre: Galactus, el devorador de mundos... no, no perdón, "Destrúktor el defensor cósmico".


Destruktor hizo una aparición en Karmatron para el número 100 de la revista


Entonces Karmatron estaba bien para su época, así como lo que ahora llaman bootleg, pero querer aferrarse a él es donde radica el error y me lleva a pensar ¿cuántas salidas en falso necesita para darse cuenta?.