Odiosas comparaciones - Parte 2

"Por los sueños se suspira, por las metas se trabaja" - Humberto Ramos.

Hace unos días me compartieron en Twitter una plática TED de Humberto Ramos, en ella nos cuenta su carrera de forma resumida, agradeciendo a los que aportaron a su vida profesional.



Hay sin embargo un episodio faltante en esa plática, Humberto es omiso sobre su incursión en Ka-boom!, y rápidamente comentaré que estoy de acuerdo con la decisión que #miamigohumberto ha tomado al eliminar su paso por La Alteña de su narrativa .

Humberto es, quizá, el dibujante mexicano con más reflectores, su profesionalismo y carrera lo han encumbrado en el medio del cómic, y por ello se convierte en un referente para los jóvenes talentos que quieren seguir sus pasos. Una referencia a Ka-boom! en alguna plática en una universidad podría llevar gente a una cierta secta que está ávida de carne nueva.

Por todo ello es que me parece una excelente decisión omitir su paso por K!, además de que su verdadero maestro (no Óscar, ¿eh Susana?) ya descansa en paz.

Pero en este blog no podemos omitir ese momento en la historia de Humberto ya que su paso por La alteña nos lleva a 1989, momento en que la línea roja en la gráfica del post pasado comienza a despuntar. Sí, en efecto, la línea roja es Humberto Ramos.

Y la línea roja coincide con la azul en 2003, año en que Humberto ya empezaba a consolidar su carrera en la industria americana del cómic, y dónde recibió La Plumilla de Plata. ¿Qué otro dibujante mexicano ganó la plumilla de plata?, Adivinaron, la línea azul corresponde a Óscar González Loyo.



Hoy las carreras de los dos son distintas, pero mucho se debe a la dedicación que uno y otro le han puesto a su trabajo. Durante 10 años Óscar se ha escudado en aquello de ser profeta en su propia tierra, en que él no quiere trabajar en personajes de otros en detrimento de los propios, en crear una industria.
 

Óscar ha reiterado que en alguna visita al estudio Humberto señaló que envidiaba a los K, porque ellos hacían cómics por amor mientras que él lo hacía por dinero, cosa que de ser cierta debería avergonzar a Óscar, porque si comparamos el número de cómics realizados entre el año 2000 y el 2017 estaríamos hablando de más de 500 VS 20 y un cuaderno para colorear. 

Si Óscar hubiera mantenido un ritmo similar, ahora que tuvo la posibilidad de distribuir mensualmente tendría material para más de 10 años.

Esa es la verdadera razón por la que uno se encuentra en el punto más alto de su carrera y el otro viviendo de donaciones.

A veces comparar no es tan malo, nos permite desenmascarar Charlatanes.