El fin de semana descargué “Dots”, un jueguito que publicitaban en las redes sociales. La mecánica es muy sencilla, el jugador tiene que conectar dos o más puntos contiguos para desaparecerlos, muy al estilo de Tetris y Candy Crush. Al dejarlo para dormir pensé en el parecido que tiene este juego con la percepción que tenemos de la vida (o sea, me puse filosófico).
Al igual que en el juego, en cualquier situación lo más fácil es conectar dos puntos, Una causa, una consecuencia. Me gusta ejemplificar con futbol, así que responda amigo lector, ¿a qué atribuye usted el invicto que sostiene el Cruz Azul en la Liga mexicana?, seguro me responderá que a la llegada de Ricardo Peláez a la institución. Una causa, una consecuencia.
Lo complicado es cuando pensamos más allá de dos puntos, intentaré con ello compartirles un razonamiento para lo cuál espero me acompañen hasta el final de este post.
En mayo de 2018 fue publicado en diversos medios que el Gobierno Federal había excedido el presupuesto para publicitar la reforma educativa. Al ser entrevistado sobre el particular Lopez Obrador dijo que de ser Presidente gastaría “Poquito, porque es bendito” en ese rubro.
La dependencia de los medios informativos mexicanos de los ingresos por publicidad pagados por el gobierno era ya bien conocida. El NY Times lo refirió en su reportaje del 25 de diciembre de 2017 (link).
Las declaraciones del entonces candidato puntero a la presidencia debieron haber encendido las alarmas en los medios de comunicación, el ingreso que los había mantenido a salvo de los cambios de hábitos en los consumidores amenazaba con disminuir drásticamente.
Pero no fue así, nadie dio cuenta de ello. No fue sino hasta que Lopez Obrador anunció el Plan de Austeridad de su Gobierno e incorporó en él un recorte a la publicidad gubernamental que los medios acusaron de recibo “El documento Proyecto de Nación 2018-2024, refiere que “Por un principio de justicia social”, se reducirá el gasto en comunicación social de 9 mil 361 millones de pesos a solo mil 872, por lo que se ahorrarían 7 mil 489 millones de pesos al año.”
Hoy es sencillo hacer una asociación de los hechos, una vez que el recorte fue oficializado se vino la ola de despidos en diversos medios de comunicación.
La dependencia de los medios informativos mexicanos de los ingresos por publicidad pagados por el gobierno era ya bien conocida. El NY Times lo refirió en su reportaje del 25 de diciembre de 2017 (link).
Las declaraciones del entonces candidato puntero a la presidencia debieron haber encendido las alarmas en los medios de comunicación, el ingreso que los había mantenido a salvo de los cambios de hábitos en los consumidores amenazaba con disminuir drásticamente.
Pero no fue así, nadie dio cuenta de ello. No fue sino hasta que Lopez Obrador anunció el Plan de Austeridad de su Gobierno e incorporó en él un recorte a la publicidad gubernamental que los medios acusaron de recibo “El documento Proyecto de Nación 2018-2024, refiere que “Por un principio de justicia social”, se reducirá el gasto en comunicación social de 9 mil 361 millones de pesos a solo mil 872, por lo que se ahorrarían 7 mil 489 millones de pesos al año.”
Y hasta aquí los hechos, una narrativa sencilla de una causa y sus consecuencias, un Tsunami que por grande fue omitido.
Pero un fenómeno como éste tiene más consecuencias, las fichas eliminadas terminarán por dejar su espacio a otras y nuevos escenarios se presentarán, y es en ese pronóstico que esta historia tiene cabida en este blog.
El recorte afectó y afectará rápidamente a las empresas de medios: periódicos, agencias de publicidad, televisoras y radiodifusoras, pero en un mediano plazo terminará por afectar las actividades económicas que dependen o interactúan con esta industria y por ende a los precios de estos bienes y servicios.
Se me vienen a la mente
Imprentas, proveeduría de papel, diseñadores, etc, etc.
Ahí es donde la cadena de eventos golpea a nuestro estudio de cómics favorito, sin duda los siguientes meses verán un entorno desfavorable ocasionado por los eventos que ya hemos mencionados, espero me equivoque pero creo que esta vez sí veremos el fin de Ka-boom! como lo conocemos.
Ahora, escribí esto como un razonamiento que no busca tener una intención política, pero, además de hacerlo pensando en nuestro monero favorito, también lo hago por aquellos que me leen que pertenecen a esta industria, no hay mejor forma de afrontar una tormenta que estando preparados.
