#ANIAMEADFAIL

"¿Cómo vas a ayudarnos a publicar nuestros proyectos, Óscar, si ni siquiera puedes publicar el tuyo?" Maritza Campos

A finales del año 2010 Óscar González Loyo y Ka-boom! incursionaron en terrenos desconocidos, se involucraron con una Asociación Civil que buscaba "bajar" recursos para llevar a cabo sus proyectos.

"¿no desean unirse a nuestra Asociación? les conviene, ahora podemos ayudarles a publicar sus proyectos. Esto es a nivel Nacional." escribía Óscar en este blog invitando a sus colegas a unirse a ANIAMEAD."

La euforia que le embriagaba en ese entonces es muy similar a la que vemos ahora, sin posibilidad de error, simplemente ANIAMEAD sería la respuesta de los "maestros extraterrestres" al trabajo de los integrantes de K!, ahora sí saldrían todos los proyectos link.

"El año 2010 que concluyó, trajo muchas sorpresas gratas para todos los miembros de ¡Ka-Boom!, ya que nos invitaron a participar en A.N.I.A.M.E.A.D., Asociación Nacional de la Industria Audiovisual, Multimedia, Entretenimiento y Artes Digitales A.C. Organismo con el cual nuestros medios: Cómic, Animación, Videojuegos, etc., seremos tomados más en serio por sectores de gobierno y empresariales, con el fin de crear, reactivar industrias y por ende generar empleos."

4 años pasaron, mismos que curiosamente íntegramente hemos compartido en este blog, y no hubo fondos, ni para la historieta, ni para las películas de Animación y por lo visto ni para los cursos que iban a dar con IPAD y toda la cosa.

Sintomática fue la ausencia del presidente de la ANIAMEAD en la reactivación de Karmatrón y la nula publicidad que se hizo del evento en la página de Asociación.

Cambiando un poco de tema, ayer encontré en el twitter de Óscar algo que llamó mi atención:

Esos puntos suspensivos...

Era un enlace a una reflexión por el año que comienza -menos mal-:

"Ahora que comienza otro ciclo, volteo atrás y veo como mucha gente con la que interactuamos trataron de meternos en su zona de confort para según ellos llegar a la prosperidad, ¿prosperidad? eso depende de que consideres prosperidad, para algunos es tener dinero y poder, para otros simplemente darnos cuenta de nuestra relación con el todo, lo cual ya en sí, genera movimiento en esta tercera dimensión para evolucionar tanto material y espiritualmente. He visto romperse lazos supuestamente inquebrantables sólo por poder, ego, dinero y conveniencia, con sus dizque geniales modelos de negocios, dizque estrategias empresariales y todas esas cosas que el mundo de tercera exige para según lograr las cosas y ser feliz, con su baja de fondos que ahí están sí, pero para ser bajados con palancas, o haciendo circo, maroma y teatro para que al final sólo los poderosos tengan ese recurso, pero en realidad sólo son juegos burocráticos para perder el tiempo y no sirven realmente para los emprendedores que buscan hacer que México progrese. 

Sin embargo, siempre he creído en los guerreros espirituales que aunque pocos, caminan por ahí, con el único plan de negocios llamado- trato entre caballeros-, gente que sí busca la parte económica porque es de vital importancia para sobrevivir en este planeta tan bonito con sus ilusiones y espejismos, pero más que nada comprende lo que es la paciencia, la honorabilidad, el soñar y el respeto por el trabajo de otros para hacer algo realmente emprendedor, por veinte años hemos buscado a esos guerreros emprendedores que buscan el bienestar de los demás, no sólo el personal y creo que lo hemos encontrado, así juntos con ese inmenso poder lleno de silencio mental, podremos hacer gandes proyectos que ENTONCES SÍ, generarán riqueza, porque no vienen de mentalidades mercenarias, cuadradas y ambiciosas.

Nos queda poco tiempo para hacer cosas, y es un alivio para nuestra alma, corroborar que no somos los únicos locos artistas soñadores que vamos contra corriente, criticados, menospreciados por los empresarios a los que me refiero sólo porque nos dedicamos a hacer lo que para ellos son "monitos". Lo único que queremos es que con nuestros comics e historias, podamos hacer recordar a la gente, el camino "a la segunda estrella a la derecha", para que recuerden lo que es el instante silencioso de un árbol, del viento, de la sonrisa de un niño, de la autenticidad de un animal, de la verdadera amistad y de la comprensión de que nuestras vidas sólo son unos instantes en el infinito, y nos enviaron para aprovecharlos, no para atragantarnos de riqueza, sino para alimentar a otros con bienestar." (Énfasis añadido)

No culpo a Óscar, esa nueva terminología - como Plan de negocios- parecía por si misma tener la magia para resucitar la industria del cómic. Pero no solo eso, la posibilidad de certificar al medio de la historieta mexicana era una tentación muy grande, era un sueño hecho realidad. Desafortunadamente todo acabó en el chiste del consultor.

¿Un error más al top ten?

Creo que tenemos un nuevo integrante del Top-ten de los errores editoriales de Óscar González Loyo, ya les comentaba en el post pasado sobre el "costo de oportunidad", y, perdón señores, pero 4 años invertidos sin resultados debe colocar la incursión en ANIAMEAD en el lugar 3 como mínimo.

Nuevamente, nadie tiene un costo de producción tan bajo como Ka-boom!, no, en serio, no conozco una empresa que trabaje por "pan o huevo".

Perdón, pero si ANIAMEAD no pudo hacer funcionar una empresa con estas ventajas, no veo como pueda hacerlo con una empresa con colaboradores que cobren por su jornada de trabajo.

Pero quizá los "economistas de alto nivel" no tengan la culpa de todo, quizá el problema está en querer revivir un esquema arcaíco que ha probado su ineficiencia en más de una ocasión, y que, ya verán, lo volverá a hacer.

Mientras tanto han desperdiciado 4 años, mismos que no regresarán:

"Por fin, hemos encontrado nuestras contrapartes en el ramo empresarial y político para llevar nuestra creatividad a altas esferas, que de otra manera, nos hubiera costado todavía más tiempo llevar a cabo nuestros sueños, ya que no sólo con la habilidad de un ilustrador se puede concretar el tipo de sueño que su servidor tiene desde pequeño." cita de Óscar González Loyo, ¿la fecha? no importa.